'Soy

lunes, 21 de diciembre de 2009

Marruecos 2- Zapatero 0

Tengo que agradecerle a Zapatero el trabajo que me ahorra cada semana a la hora de enfrentarme al folio en blanco. Es un filón a la hora de escribir columnas. Si la pasada semana denunciaba la mala gestión del Gobierno sobre el caso Haidar, hoy me van a faltar líneas y adjetivos.

Contento está Marruecos; enfadada, Haidar; indignada, media España (sobre todo los agricultores y sus familias); y Zapatero, tranquilo en su sillón pidiéndonos que olvidemos el asunto ese de la activista que casi se nos muere de hambre en un aeropuerto de Lanzarote.

Porque una cosa es negociar, mediar e, incluso, ceder un poco con mucha mano izquierda y diplomacia y otra, y perdónenme la vulgaridad, bajarse los pantalones delante de Mohamed VI con tal de que dejara entrar de una vez a Haidar en el país y bajárselos, de paso, a los agricultores y a los saharauis. Todos a una. Pero esto, señor presidente, no es Fuenteovejuna y las decisiones las ha tomado usted solito a costa de muchos.

Al Rey no le dejó intervenir en el asunto (mucho mejor nos hubiera ido si hubiese llegado el monarca a hablar con su homólogo marroquí), porque el asunto era competencia del Ejecutivo. Y digo yo, ¿por qué la solución tiene que ser competencia de miles de familias? ¿Por qué se empeña en manejar problemas que sabe que le quedan demasiado grandes porque carece de las habilidades adecuadas para zanjarlos de manera satisfactoria? Y, sobre todo, ¿por qué no acepta ayuda ni del mismísimo Rey cuando le escribieron cartas he hicieron llamamientos públicos pidiendo la mediación del monarca hasta los artistas que no se pierden una de pegatinas y pancartas? Se me ocurren muchas posibles respuestas y ninguna buena: orgullo, torpeza, obstinación…

Este funambulismo peligroso al que Zapatero se ha vuelto adicto en lo que se refiere a conflictos internacionales empieza a desesperar incluso a sus afines, que ya han empezado a soltar los cables que sostienen su red y algún tomate se ha visto rodar ya por el suelo bajo sus pies. Si algún día pierde el equilibrio, y no es difícil teniendo en cuenta sus habilidades, la caída sin red no será un problema porque una gran montaña de tomates pochos, excedentes sin vender que se pudrirán dentro de nuestras fronteras, le amortiguarán el golpe.

Y Marruecos, que igual que los piratas y que tantos otros ha descubierto ya el chollo de negociar con España con Zapatero a la cabeza, aplaude en estos días que nuestro país, de la noche a la mañana, diga en voz alta y clara que es la Ley marroquí la que se aplica en el territorio del Sahara occidental. Tan contento está el país vecino que incluso su embajador en España, Omar Azziman, ha ofrecido una rueda de prensa para celebrarlo y para afirmar que las relaciones con España han salido fortalecidas. Como para no…

Y ahora que Zapatero ha conseguido cabrear un poco más a los agricultores (y a los taxistas, y al profesorado, a los amigos de los saharauis y a un largo etcétera por no mencionar a los parados), me pregunto qué estará haciendo nuestro Gobierno por encontrar sanos y salvos a los tres cooperantes secuestrados en Mauritania de los que inexplicablemente ya nadie habla. Aunque con los antecedentes de Zapatero, ya imagino que estará preparando el talonario y un nuevo baile para cuando tenga que desprenderse de la prenda inferior. Eso, si no se ocupan de esos tres españoles demasiado tarde.

María Cano en El Imparcial

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