Maná y Juan Luis Guerra. “Bendita tu luz”

Benditos los amigos recuperados, benditos los familiares que se reencuentran, benditos los que te ayudan sin pedir nada a cambio. Benditos los que te ven tal como eres y te aceptan. Benditos los que te prestan un minuto de su tiempo para escucharte. Benditos los que te tienden la mano para ayudar, los que intentan comprender, los que anhelan compartir. Benditos sean los que llenan las noches de filosofía, los que riegan los caminos hacia la utopía con batallas épicas y los que a cada historia de amor la cargan de locuras. Benditos sean los que se arriesgan por las causas perdidas, por conquistar corazones y por el bien de los amigos.Benditos sean los que se arriesgan a mostrarte sus sentimientos. Benditos sean lo que para darte su opinión no necesitan subirse a ningún podio, los que se hacen tiempo para escuchar y los que saben que siempre hay algo por aprender. Benditos sean los que no subsisten sollozando, mientras esperan el milagro, sino que se proponen forjar algo milagroso. Benditos sean los que se arriesgan. Benditos los que iluminan tus noches oscuras. Benditos los que ahuyentan tus miedos. Benditos sean los que aman la vida. Benditos los lazarillos por amor. Benditos los que miran desde el alma.Benditos los que apartan la soledad de tu destino. Benditos los que te ayudan a recuperar tu dignidad y tu identidad. Benditos sean todos los lugares donde hemos estado, los lugares donde quiero llevarte, los lugares donde estaremos juntos. Bendito sea el camino que me llevó a conocer tu sonrisa, puerta de tu alma. Benditos sean tus ojos, porque es bueno que lo sepas, aun en la soledad más profunda me acompaña tu mirada. Bendita sea la luz de todos ellos.