El rincón merengue de Germinal. “Tormenta blanca”

Gonzalo Higuaín es felicitado por sus compañeros tras marcar uno de sus dos goles (Foto: El Mundo deportivo)

Sábado, 19 de Diciembre de 2009
15ª Jornada de Liga
Estadio Santiago Bernabéu, 60.000 espectadores (casi lleno)
Real Madrid C. F. (6) - Real Zaragoza (0)

Anoche se esperaba un partido aguerrido, fiero como las condiciones climáticas que rodeaban el encuentro, sin embargo, se desató una tormenta, un huracán y no fue un fenómeno meteorológico sino futbolístico y no me refiero al equipo que después de más de un siglo gana un campeonato del mundo sino a mi Real Madrid. Por fin se atisba que lo del Camp Nou, el Velodrome y Mestalla no fue un espejismo sino que el Madrid ha vuelto y tiene estilo, fe, solidaridad y quiere machacar al rival desde el primer momento que es lo que quiere la afición blanca.

Al turrón. Hay que decir, no obstante, que el Zaragoza pasa por uno de sus peores momentos institucionales y eso, a pesar de tener buenos jugadores como Pennant, Jorge López o Arizmendi, lastra a cualquier equipo en lo psicológico. Salió el Madrid como loco para quitarse el frío y quitárselo a sus aficionados cuando un rehabilitado y transformado Marcelo saca una asistencia prodigiosa para Higuaín que se cuela como un tren y de tiro cruzado anota el primero para el Madrid. A partir de ahí los maños desaparecieron y el Madrid inusualmente comandado por Diarrá y, como no, por nuestro cazador Lass fue cada vez ganando mas terreno. Van der Vaart es aquel jugador que arriesgó todo en julio a una carta y ganó, aguanto y ha salido triunfador. Ahora juega, tiene visión de juego, enlaza, combina, ayuda y marca goles. El segundo fue obra del holandés al cazar una asistencia de, ¡otra vez!, Marcelo y batir al portero de tiro cruzado. 2-0 y el Madrid seguía con ambición de machacar a su rival. El tercero no tardaría en caer cuando fruto de un centro de Ramos, Van der Vaart solo tiene que poner el muslo para que la pelota entre mansa a la red. Siempre lo dije, este chico es muy bueno y merece una oportunidad.

Con 3-0 el Zaragoza solo mostraba el juego sucio del ex madridista Diogo y su mansedumbre cual toro de Juan Pedro Domecq así como un buen tiro de Lafita desde fuera del área que Casillas atajó con una soberbia estirada. El 4-0 iba a ser el gol de la noche cuando aquél jugador al que me referiré más tarde asiste a Higuaín dentro del área que aprovecha un defectuoso despeje de cabeza del defensa para hacer un sombrero y a la media vuelta sin dejarla caer mandar una volea a toda la escuadra del palo largo del portero. Golazo con mayúsculas y el Bernabéu sacando las zambombas y panderetas para cantar el Hala Madrid en versión villancico.

Bien hizo el árbitro minutos más tarde en pitar el descanso porque el Zaragoza sacaba banderas blancas y pedía tregua ante semejante ofensiva. En el segundo tiempo lo único que cambió fue que el Madrid tenía que meter los goles en la portería contraria y así fue. A los 10 minutos del segundo acto Ronaldo caza una pelota en el área y, después de sentar a dos defensas, tuvo tiempo de atusarse el engominado cabello y colocar la pelota al palo largo del portero. 5-0 y el portugués satisfecho su ego goleador siguió jugando como si nada hubiera pasado, con el mismo hambre de fútbol que en el primer minuto. Entró Benzemá por Higuaín y el francés culminó el set en blanco cuando cazó una asistencia muy buena y revolverse frente al defensa para colocársela al portero por bajo y cruzado. Ahí acabó todo felizmente para el Madrid y gracias al cielo para el Zaragoza.

En fin, que el Madrid parece que ha vuelto, que ya juega, que sabe lo que quiere y que no desiste en ganar los partidos y machacar al rival. Ronaldo sigue enamorando con su juego, con sus asistencias, sus filigranas, sus disparos. Es el jugador total que nadie quiere que vuelva a conquistar los premios individuales que frente a otros, que se los han llevado acompañados de campañas mediáticas, merece. Mueve al equipo a su antojo, juega de extremo, de mediapunta, por la izquierda, por la derecha, de enganche da igual porque lo hace bien y tiene libertad de Pellegrini (felicitaciones al entrenador).

El sábado dio para ver que, por fin, después de 111 años el Barcelona conquista una Copa Intercontinental. En la competición doméstica, el Sevilla se arruga en casa y pierde lo que gana fuera y entre Athletic y Osasuna da igual quien gane porque ambos salen satisfechos.

Un saludo y Felices Fiestas a todos los lectores.

Germinal García Villena