'Soy

martes, 22 de diciembre de 2009

El caso del Málaga

Rosaleda

Escribir cosas así nunca es fácil porque soy de Málaga, me siento malagueño por los cuatro costados, moriría por Málaga y la defenderé siempre pero en esta ciudad hay cosas y situaciones que la razón no alcanza a comprender. Málaga es la ciudad del todo o la nada, no hay término medio y en el balompié malagueño esa norma se cumple.

El caso del Málaga no es cosa de ahora, de unas semanas atrás o de unos meses sino de toda la vida. Tengo la firme convicción que el fútbol no es un negocio ni una empresa aunque los grandes clubes de nuestro país den esa imagen y parezca esa la mejor fórmula de gestión. El fútbol es un sentimiento, una pasión que reúne a miles de personas alrededor de algo tan bonito como el deporte. Cuando un club deja de ser eso mismo para ser sociedad anónima ese sentimiento y esa pasión de sus aficionados pasa a segundo plano para contar únicamente la voluntad caprichosa de aquél o aquellos señores que se apropian del club como si compraran un coche nuevo.

Pues bien, esa es la situación del Málaga aunque agravada por un problema de masa social ya que no hay afición al equipo de la Costa del Sol sino que la afición está con el equipo y saca su abono para poder disfrutar los partidos de primera división frente a Real Madrid, Barcelona, Atlético o Athletic de Bilbao. Como he dicho antes Málaga es la ciudad del todo o la nada y un ejemplo claro es que cuando el Málaga sube a primera división hace unos años todo pero absolutamente todo el mundo se hizo del Málaga y cuando descendió en el año 2006 la gente no quiso saber nada del equipo y el número de abonados bajó considerablemente y de la boca de esos aficionados salían improperios y maldiciones que mejor no reproduzco. Ahora bien, en su descargo esos "aficionados malaguistas" argüían, con un cambio de camiseta, que ellos siempre han sido del Madrid o del Barça así que seguían contentos. Yo me pregunto ¿así pretenden hacer un Málaga grande?.

La pasada temporada (2008/2009) el Málaga volvía a la máxima categoría y de la mano de Antonio Tapia y un puñado de jugadores cogidos con alfileres de aquí y de allí y de las sobras de otros se hizo un equipo (el caso puede parecer similar a la compra de toros por parte de don Fernando Puche) que comandado por el señor Tapia consiguió una clasificación histórica para el club y una segunda vuelta de mérito. Pero claro, el que un club esté en manos de un inversor y no de sus socios propicia que finalizada la temporada la desbandada de jugadores y del entrenador (alma máter y sostén del equipo) sumerjan al equipo y a sus directivos en un estado de ansiedad por la mala gestión y las ventas. Sin reparar en consecuencias deportivas se confecciona una plantilla con jugadores, otra vez, desconocidos, sin calidad la mayoría de ellos y un entrenador que aunque les dio el ascenso estuvo al borde del fracaso con el Racing de Santander. Conclusión, el equipo roza a día de hoy la segunda división, no hay un proyecto deportivo sólido, unos jugadores con capacidad de sacar el equipo hacia delante y la "fiel" afición malacitana reclama la cabeza del entrenador y la, a veces solicitada, dimisión de la directiva.

Vuelvo a recordar, ¿quiénes son ustedes para pedir dimisiones o destituciones si ustedes quisieron dejar de ser los dueños de su club?. Las sociedades anónimas deportivas arruinan los clubes y a las aficiones. Ejemplo claro es la del Betis donde piden la dimisión del señor Lopera y yo pienso ¿cuántos de ellos van a poner el dinero y le van a comprar las acciones?

En fin, yo lo que quería expresar es que soy Malagueño hasta la médula y deseo lo mejor al Málaga C. F. pero no soy  malaguista porque no comparto esa filosofía y me gusta ser recto con mis pensamientos sin cambiarme la camiseta por una u otra circunstancia.

Germinal García Villena

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