'Soy

domingo, 31 de enero de 2010

¿Un país serio?

HA DICHO el presidente del Gobierno que España es un país serio y nos ha pedido Mariano Rajoy que seamos serios como él. Es una coincidencia muy oportuna en el tiempo, ya que la última semana el debate político ha tenido toda la pinta de ser una broma. Qué más quisiéramos nosotros que tener un país serio, ahora que nos han declarado en estado de debate permanente. No acabamos de abrir uno, cuando ya llega otro, y otro, y otro. Discutíamos sobre la inmigración y de repente surgió el debate del cementerio nuclear. Aún sin recuperarnos, llegó la cadena perpetua, la reforma de las pensiones, la edad de jubilación y el cierre de El Bulli. Esto último ha sido una interesante aportación al debate público de los más prestigiosos medios nacionales e internacionales, sabedores de que millones de españoles, europeos, norteamericanos y japoneses no duermen pensando qué van a comer cuando la Capilla Sixtina de lentejas sin lentejas al aire de zanahorias cierre sus puertas. El asunto ha liofilizado a la opinión pública provocando ríos de tinta.

Sin ninguna duda, el debate más chistoso ha sido el de la instalación del cementerio nuclear. Para demostrar que no siempre la cadena alimentaria sigue un orden lógico, las cosas más sensatas las han dicho los alcaldes: Queremos el cementerio para dar vida a nuestros pueblos.

En este desorden tan poco serio, van perdiendo los partidarios de la energía nuclear. Las empresas del sector se han gastado una millonada en contratar gabinetes para blanquear la imagen de la energía nuclear. Buena, limpia, segura y barata. En una semana, dos presidentes socialistas, Barreda y Montilla, la dirección de CiU y María Dolores de Cospedal, número dos del PP, se han cargado todas sus campañas, dando la razón a IU y los ecologistas. Si ellos no quieren el cementerio nuclear en sus comunidades será porque piensan que la energía nuclear es mala. Si no, estarían pidiendo a gritos el ATC. Rajoy lleva tiempo reclamando la apertura de un debate nuclear para denunciar el activismo «irresponsable» de Zapatero. Pero su secretaria general no quiere depósitos de uranio en su patio trasero. Cuando estalla la polémica, Rajoy confiesa que no tiene una opinión formada.

Todo muy sensato, coherente y responsable, como le gusta al líder de la oposición. Él siempre se ha considerado un tipo serio, tanto como el protagonista de la última película de los Cohen. Su idea de seriedad y rectitud es ciertamente original, ya que pasa por no opinar u opinar siempre lo mismo sobre todos los temas: Zapatero es un inútil. Ya. ¿Y...? Esta semana, sin embargo, nos ha dejado una sentencia muy interesante: «Todo es consecuencia de no tomar decisiones, ya que al final se genera polémica y no se resuelve nada». Un diagnóstico brillante.

Lucía Méndez en El Mundo

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