'Soy

sábado, 23 de enero de 2010

Cómo González-Sinde se premia a sí misma

ministra de cultura González-Sinde, Ministra de Cultura (AFP)

Desde hace unos pocos años, toda la blogosfera progretarra española lo está (¿o estamos?) pasando realmente mal. Echemos un vistazo a los últimos cinco años: acontecimientos como las humillantes salidas de Aznar y Bush de la primera línea política nos han dejado sin referentes sobre los que vomitar nuestro rencor por las esquinas. Y encima hemos descubierto a la vez, que Sarkozy deja a su mujer por una top-model y que Berlusconi monta orgías con sus amigachos en su residencia. ¡Encima éstos son como nosotros!, piensan (nos inclinamos definitivamente por la tercera persona gramatical) los pendejos electrónicos, llevándose las manos a la cabeza en los momentos de espera que les permiten las descargas en sus ordenadores de todas las películas españolas del momento. Con este escenario, es normal que Fidel Castro no levante cabeza.

Con todo, la socialdemocracia nos iba a deparar, si no enemigos de altura, sí al menos oscuros y patéticos personajillos del mundo de la farándula con el que canalizar rabias, temores y enfados. Y en eso llegó el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Decidido a hacer todo lo contrario de lo que había hecho como presidente Felipe González (como no para de señalar la vieja tropa felipista), se empeñó en nombrar a auténticos incompetentes al frente del Ministerio de Cultura. Y pese a que el intervalo de César Antonio Molina había hecho olvidar a Carmen Calvo (la que presumía de tener una chupa de cuero en despacho para ir a de concierto al acabar la jornada), Zapatero volvió a dar muestras de que a él, a sacar conejos de la chistera no le gana nadie, con lo que le dio el cargo a Ángeles González-Sinde.

La ventaja con la que contaban los terroristas que descargan archivos era que ya conocían al personaje: como presidenta de la Hakademia del Cine, había aprovechado cualquier ocasión (ceremonias de los Goya incluidas) para desbarrar contra los internautas. Porque González-Sinde es una creadora, una mujer del pueblo, y, consecuentemente con eso, no para de proponer cánones y mecanismos de censura para controlar internet. Tanto es así que se inventó una manera (mediante inclusión en un anteproyecto de ley) de llevar a cabo su afán, lo que puso definitivamente en pie de guerra a toda la caterva de ladrones de gallinas y CDs que se ponen a abrir un blog. Y todo ello desde un gobierno socialdemócrata. Como reza el título de una película de José María González Sinde (el papá de la criatura), “¡Viva la clase media!”.

Y en estas andamos, Sancho, que va y nos enteramos hoy de que el Ministerio de González-Sinde (hija, el apellido se distingue del padre por el guioncito, creado suponemos para conservar el segundo apellido y así que todos sepan que es hijísima de) concede un Premio Nacional de Televisión. La idea hay que reconocer que tiene su valor si se trata de potenciar industrias culturales muy castigadas como la del cómic, que lleva ya tres ediciones de premio, y todas ellas con galardonados que se lo merecían. Que este premio tenga ya sentido para el mundo televisivo es algo más discutible. Pero bueno, lo dejaremos para otra ocasión. Porque nos hemos enterado de la existencia de este premio debido a que el jurado ha fallado hoy el veredicto por primera vez. Y el ganador es la serie Cuéntame, que lleva más de diez años en antena, una serie en la que han participado varios directores y guionistas como… Ángeles González-Sinde.

Ahora vendrán los matices. Llegará uno y dirá, claro, es normal que ella gane, es una serie en la que ha participado todo cristo y lleva muchos años en antena. Otro llegará y dirá que, total, tampoco ha guionizado muchos capítulos, o ella no estaba en el jurado, “sólo” es la Ministra que otorga el premio. Y otro dirá que nosotros también tenemos algo de pendejos electrónicos y por eso escribimos sobre esto y arremetos contra la ínclita. No vamos a arremeter mucho. Sólo diremos dos cosas:

1. Lamentar la entronización, una vez más, de una serie como Cuéntame, un panfleto reaccionario y revisionista sobre la Transición política a la democracia en España. Una serie en la que “to er mudo é güeno”, en la que aparecen el franquismo y la transición desde una óptica a lo Walt Disney.

2. Señalar la desvergüenza que, por muchos matices que se quieran poner, consiste en lo siguiente: una ministra concediendo un premio a un producto televisivo en el que ella ha participado. Aunque sólo fuera por un tema de imagen, hay que guardar las formas. Como si no hubiera más productos televisivos a los que premiar o no se podrían haber esperado a que González-Sinde esté fuera del ministerio (algo que ella está pidiendo a gritos con su gestión).

Luego, los medios de comunicación en la cuerda del PSOE nos la presentarán como una pobre chica que llora y coge sofocones y piensa en dejar la política: ése es el retrato que ofrecieron de la pobre después de toda la movida con la Ley de Economía Sostenible. Pobrecilla, como si ella no fuera gestora ni nada, como si no fuera con ella todo el asunto que ella misma promueve. Ahora tendrían que inventarse un nuevo premio, un Premio Nacional de Cineastas, y premiarse a sí misma. Porque sí, porque ella lo vale. Puestos a elegir, uno prefiere que premien por su valor televisivo a Belén Esteban. Al menos ésta, en comparación con González-Sinde, sabe hablar y expresarse.

Manuel de la Fuente

No hay comentarios: