'Soy

lunes, 5 de julio de 2010

Llegó la hora de la verdad

Sabado, 3 de Julio de 2010

Eliminatoria de Cuartos de Final del Mundial de Sudáfrica

Estadio Ellis Park de Johannesburgo, 55.000 espectadores (lleno)

Paraguay (0) - España (1)

Escuchando el Himno Nacional y embargado por la emoción de algo histórico para mi país y para estos chicos comprendo que lo de anoche no fue un partido más, no fue una eliminatoria al uso, no fue una afrenta contra otra selección, que lo de Villa no es sólo un gol sino que todo esto se resume en una reivindicación histórica, en un golpe de efecto, en un ilusión cumplida y la posibilidad de hacer un sueño realidad como jamás se había pensado. Conseguimos las semifinales pero, como no, con sufrimiento, con angustia, con desesperación, nervios y contra un ejército y un hándicap como el arbitral que a más de uno nos hizo sobrevolar por la cabeza la sombra de aquél infame Al Ghandour que hace ocho años nos mandó a casa por beneficiar al anfitrión.

Esta crónica va dedicada a todos aquellos que decían que Paraguay era un equipo de amigos, que sería pan comido, que los vapulearíamos sin piedad y sin despeinarnos. A los españoles parece que sólo nos motivan los grandes retos, que sólo vemos al lobo cuando el lobo enseña los dientes y nos va a morder no cuando es un lobo disfrazado de cordero. Paraguay, aún muy limitada en recursos, nos supo frenar durante todo el partido, jugó sus bazas y apunto estuvo de dejarnos en la cuneta si ese penalty no lo salva el bueno de nuestro Iker, nos cortó la salida del balón, nos asfixió a Xavi e Iniesta durante muchos minutos y limitó, los ya de por sí limitados, movimientos de Torres. El Niño no está para jugar, adolece de falta de ritmo de competición y está lastrado por esa operación. Los guaraníes dispusieron del primer disparo a los 50 segundos de comenzar la contienda. España no se enteraba de la película, el asedio paraguayo eran constante y la presión asfixiante por lo que nuestro centro del campo tocaba y tocaba pero en vano. Un tiro lejano de Xavi que lamio por alto la red, alguna que otra intentona del voluntarioso aunque renqueante Torres y un gol bien anulado por fuera de juego a Paraguay fue poco más de lo que allí se vio en el primer tiempo.

En el descanso tocaba recomponer filas y recuperar la moral de la tropa mermada por el asedio y el fuego de trincheras paraguayo. Pero, como ya se sabe, los cuartos para España no podían ser una eliminatoria cualquiera ni mucho menos ganarla de gorra. El guatemalteco Batres no quiso irse de rositas de este mundial sin dejar su sello personal cómo nefasto trencilla y de paso hacer, otra vez, sobrevolar los fantasmas de Al Ghandour por Johannesburgo. Cuando empezaban a desperezarse los nuestros, a recibir munición en medio campo en forma de balones entre trincheras, Piqué nos regaló el compendio de cómo cometer un penalty y, encima, que sea claro y el árbitro lo pite. Captura, placa y derriba al jugador paraguayo. Batres no duda y pena máxima que nos hacía recordar tiempos pretéritos de infausto recuerdo. Lanza el guaraní e Iker detiene magistralmente alimentando la esperanza del milagro. Fútbol es fútbol y en la jugada postrera al penalty una cabalgada de Villa supone que el defensa lo derribe en el área y el guatemalteco pite un penalty que, aunque Alonso marca en primera instancia, hace repetir absurdamente y falle el de Tolosa para desesperación nuestra. En el rebote tras la parada de Justo Villar, éste placa clamorosamente a Cesc y el árbitro lo pasa por alto. Hubiese sido penalty y expulsión. ¡PROFESIONALIZACION YA!. Estos señores no pueden acudir a un mundial e irse de rositas como si nada hubiese pasado. Pero en el minuto 83 todo fue maravilloso, todo fue sufrido y amado, todo hermoso y todos éramos guapos y apuestos cuando Villa después del palo de Pedrito coge el rechace y el rebote en ambos palos mete la pelota en la red. ¡GOL DE SEMIFINALES! De ahí al final los nervios se desataron, el reloj no corría, el árbitro mareaba la perdiz y hasta Ramos sufrió en sus carnes la dureza de los paraguayos. Pero por fin el sueño se hizo realidad, por fin rompimos la barrera, por fin las semis son nuestras.

Que nadie se equivoque, que nadie se confíe. Jugaremos el miércoles contra el mejor equipo de este mundial, contra una Alemania fortalecida en sus líneas, veloz en su juego y terrorífica en su ataque. España ha de ser un bloque, no perder la concentración y no dar ni una sola concesión a los teutones. Cualquier error podría ser fatal. Ellos juegan y saben a lo que juegan con constancia, eficacia y corazón. Hay que se fuertes y confiar en que el sueño del mundial es posible. Que somos y tenemos un equipo, que hay plantilla y un gran gurú como es Vicente del Bosque especialista en gestionar la presión de estos partidos.

Un saludo

¡¡ARRIBA ESPAÑA!!

Germinal García Villena

1 comentario:

malagueto1 dijo...

Una vergüenza D. Merengón, esta España es una panda de inútiles.
Que una piara de pastores Paraguayos se nos subieran a las barbas, es para llorar, darse cabezazos contra la pared y hacerse el harakiri.
Ya se ha acabado la historia, ahí se queda la Roja, en cuartos. No espere que vamos a ganarle a los Teutones, eso ni borracho me lo creo yo.
Para que el duelo sea más suave, vengase a casa y lloraremos juntos la derrota.

Saludos