Cristiano Ronaldo, celebra uno de los tres goles. REUTERS/Enrique Calvo
Miércoles, 5 de Mayo de 2010
36ª Jornada de Liga
Estadio Son Moix, 19.200 espectadores (casi lleno)
Real Mallorca (1) - Real Madrid C. F. (4)
Lo dije en la anterior crónica, no quiero ser pesado ni reiterativo pero no puedo resistirme. Anoche asistí a otro vendaval, a otro triturador de equipos, a otro recital de fútbol y goles por parte de la nueva bandera del madridismo. No tiene rival, ni límite, sus fuerzas y su amor propio son incontenibles al punto de amedrentar y someter al rival sin pudor. No hablo de un extraterrestre ni un superhéroe sino del fenómeno futbolístico más grande de los últimos 20 años. Me refiero a Cristiano Ronaldo Do Santos Aveiro. Cuando la gente se agarra al clavo ardiendo no saben que este tornado derrite al mismísimo clavo por muy ardiente que esté si se lo propone.
Cuando el Madrid naufragaba de nuevo, en lo que prometía ser otra nefasta noche de desaciertos, cuando un Mallorca muy ordenado taponaba la salida del Madrid e incluso le hizo bajar a los infiernos con el gol de Aduriz en el minuto 16, emergió nuestro buque, nuestro clavo ardiendo para decirle a Mallorca, a su equipo y a España entera que él sí quiere ganar esta Liga, que no tiene límite en su pundonor y que se echaría al Madrid a las espaldas. ¡Benditos 96 millones qué bien pagados!. Lo peor, la defensa desarbolada e Iker cobrando, por desgracia, el protagonismo perdido de antaño. Después del primer cuarto de hora donde encajamos el gol mi equipo, en su línea desde el domingo, se viene abajo y empieza a entregarle el mando al conjunto bermellón que, por medio de Borja Valero, Julio Álvarez y Aduriz de estilete, traían de cabeza a la zaga madridista. El Madrid no puede permitir venirse abajo cuando le presionan la salida del balón y recurrir a balonazos en largo. No obstante, fue así como encontramos el empate cuando Ramos telegrafía un balón largo a Ronaldo que como un obús corre hacia el esférico y ante la salida de Aouate levanta la pelota en una vaselina sublime que se cuela por la misma escuadra de la portería. GOLAZO. A partir del empate, el Madrid pareció estirarse algo más y adueñarse un poco de la pelota hasta el descanso.
El segundo tiempo, aún con el Mallorca rondando el área, nos traería lo mejor de la noche. Cuando más se le necesitaba surgió Ronaldo de otro balón largo de Ramos a los 11 minutos que en un desmarque, zafándose del acosador Josemi, para la pelota con el pecho para en el momento justo meter la punta de la bota para introducir el balón en la portería. 1-2 y Ronaldo clamaba por más, clamaba venganza. No contento con esto nos deleitó con una última muestra de pundonor, de fuerza y raza para meter el tercer gol y llevarse la pelota a casa cuando en el minuto 70 caza otra pelota y enfila el área y, resistiendo los rechaces de los defensas, conserva la pelota y de tiro cruzado bate al portero israelí y se encumbra en la isla. Higuaín, nuevamente obcecado con el gol y semi desaparecido, puso la guinda en el 81 con una vaselina de arte que se coló por la escuadra bermellona. Kaká jugó en su sitio pero, o no le entienden o no acaba de enterarse de la película, Granero debe esforzarse mucho más de lo que lo ha hecho aún habiendo sufrido un claro penalty no pitado por un mal colegiado. No obstante, brillante actuación de Alonso y Gago que hicieron un gran trabajo en la medular.
Ya no diré lo de mi equipo sino que Ronaldo luchará por darle esa satisfacción a toda una afición y que no se rendirá jamás ante nada ni ante nadie.
Serenad el corazón, contened los nervios y tensad los esfínteres porque el próximo sábado se decidirá todo. Muerte o redención. Honor o castigo. ¡ A LUCHAR!
HALA MADRID
Germinal García Villena
Un saludo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario