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jueves, 17 de enero de 2013

Tenemos que terminar con la corrupción política en España

¿Cuántos millones han desaparecido en financiación ilegal de partidos políticos? ¿Y en comisiones pagadas por empresas a políticos para lograr contratos de la Administración? ¿Y en desvíos de fondos públicos hacia paraísos fiscales y en indemnizaciones para los responsables de la quiebra de las antiguas cajas de ahorros? ¿Cuánto dinero se ha gastado en comisiones y concesiones irregulares para construir obras faraónicas? ¿Y en subvenciones públicas para empresas de amigos y familiares? ¿Cuantos  cargos de confianza y asesores sobran...o no son necesarios? ¿Cuanto de cuanto sale de nuestros bolsillos, o recortan el sueldo, o nos suprimen la paga extra...?

Afirmar que un maremoto de corrupción ha hundido la economía española no es una novedad a estas alturas. Como tampoco lo es que la subida de impuestos, el crecimiento del desempleo, la bancarrota de las Administraciones Públicas o el fallecimiento de pymes y autónomos es consecuencia de lo anterior. La impagable deuda y el desbocado déficit de España no son consecuencia de la crisis económico-financiera, sino de la institucionalización de la corrupción y el despilfarro de los gestores políticos.

¿A alguien le sorprende que España sea un país de referencia en materia de fraude fiscal y economía sumergida? ¿Es ético y moral que el Gobierno imponga impuestos confiscatorios y exija honestidad fiscal a los ciudadanos, a las pymes y a los autónomos mientras multitud de gobernantes políticos corruptos (tanto del PP como del PSOE) siguen protegidos por nuestra politizada Justicia?

La lista de defraudadores que prepara el Gobierno debe estar precedida de otra lista, aún mucho más numerosa, integrada por políticos corruptos. Si el Gobierno pretende combatir el fraude fiscal y la economía sumergida debería comenzar por despolitizar completamente la Justicia y dar ejemplo. El PP, el PSOE, CiU y el resto de partidos no pueden seguir tapándose mutuamente los casos de corrupción. El ejemplo por parte de los gobernantes es inexistente y, consecuentemente, multitud de ciudadanos piensan que sus impuestos están gestionados de forma corrupta.

Las ilegalidades manifiestas  de antiguos presidentes, los actuales, los consejeros y familiares, y un largo etcétera.... suponen una fórmula de gestión habitual y extrapolable a otras muchas administraciones públicas españolas. La Administración ha sido secuestrada por los políticos y se ha convertido en una fuente de corrupción. El clientelismo y el nepotismo han sido la única forma de gestión.

Después de un año en el poder, el Gobierno ha creado una comisión para estudiar las deficiencias, duplicidades y triplicidades de la Administración, antes de proceder a dar solución al verdadero problema: LOS MILES DE POLÍTICOS Y FAMILIARES QUE SE HAN ENRIQUECIDO DE LA ADMINISTRACION PÚBLICA. Sin duda, se está riendo de las familias, las pymes y los autónomos, que no pueden seguir financiando una insaciable Administración mediante unos impuestos abusivos.

Nuestro sistema democrático está totalmente viciado, las instituciones públicas se encuentran absolutamente desprestigiadas y el desencanto de los ciudadanos con la casta política es creciente e imparable. ¿Es culpable la sociedad, al igual que los políticos, de la degeneración de nuestra democracia? El efecto narcotizante del bienestar y la salud económica de tiempos pasados todavía está presente, puesto que la sociedad sigue en un estado contemplativo de sumisión y soporta todo tipo de corruptelas políticas.

La sociedad civil, los ciudadanos,  los trabajadores,  los empleados públicos, los padres de familia, los ancianos,  las pymes y los autónomos, masacrados todos por los impuestos y la ineptitud de los Gobiernos, deben tomar la iniciativa y formar parte de una sociedad civil que hace más falta que nunca. En Cataluña, muchas compañías están molestas por la corrupción y la deriva independentista de CiU y ERC pero no se atreven a manifestarlo en público. ¿Falta de valentía de los empresarios?

La casta política desea mantener el sistema tal como está y, por el contrario, los ciudadanos demandan un cambio radical del mismo. Una sociedad civil unida, madura y solidaria, ni de derechas ni de izquierdas (conceptos obsoletos), debe emerger para cambiar unos usos y costumbres que la casta desea perpetuar porque son su fuente de privilegios. Unos privilegios que están destruyendo la sociedad y la economía española.

jueves, 10 de enero de 2013

¡Que les den 'croissants'!

 

¡Que les den 'croissants'! Por Teodoro León Gross 

La casta política se queja, cada vez más, del descrédito que sufren; como si fuesen víctimas de una osteoporosis moral inesperada. Claro que, en lugar de argumentos, parecen limitarse a la retórica del viejo pollito Calimero: «Esto es una injusticia, amiguitos». El efecto es ridículo. Como si un atracador, en el momento de encañonar con un arma a un cajero, le comentase: «Me preocupa la mala imagen de los atracadores, la verdad». Ese victimismo chusco -más propio del diván cinematográfico de Woody Allen que del debate político- está demasiado lejos de la realidad para ser eficaz.

La percepción de una casta privilegiada, desconectada de la sociedad civil, es corrosiva. Ahí está la querella en el Tribunal Supremo contra el presidente, cuatro ministros y casi 60 diputados que cobran la dieta de alojamiento a pesar de tener casa en Madrid. Salen a 1.800 pavos de gañote cada mes. Para ellos solo es otro pequeño plus del cargo con patente de corso; para la ciudadanía con el agua al cuello se trata de privilegios de casta. La gente está pasándolas canutas mientras ellos se plantean cómo cargar otro iPad de valvulina al contribuyente. O atajos en las empresas públicas para poder hasta duplicarse el sueldo a pesar de los recortes que afectan a los trabajadores. Viven en un mundo aparte. Y se les ve con ese aire de Maria Antonietta cuando le dijeron que la gente se rebelaba por falta de pan, y replicó «¡pues que coman croissants!».

Cada vez más adoptan la estética de 'la famiglia'. Ahí está lo de Rato: tras la debacle de Bankia, se le buscó acomodo en Endesa, y finalmente un retiro dorado en Telefónica. Es la práctica habitual en todas las administraciones. La alcaldesa de Jerez, tras dejar la localidad en bancarrota, ya va de directora general de Cualificaciones Profesionales. Burla tras burla. Se guían por el primer mandamiento de los Corleone: proteger a la 'famiglia' ante todo. Telefónica ya sirvió para sacar a Urdangarin de España en clase top; o dar a Javier de Paz, íntimo de Zapatero, sueldo 'king size'; o a Zaplana, pretoriano de Aznar. El poder genera su propio INEM a la carta, con multinacionales que les sirven de geriátricos de lujo.

Pues claro que la credibilidad política alcanza mínimos históricos. La casta y la corrupción ya superan como problema a la Educación y la Sanidad. Los datos del CIS no son 'poltergeist', sino la secuencia lógica de todo esto. Así surgen ofertas como Partido X, Democracia 4.0, Voto en Blanco, el PAH de los desahucios, derivados del 15M. En definitiva el 'politikverdrossenheit', que no es un palabro cómico tipo Ozores, sino el hastío de la política. Y ante ese hartazgo devastador, la casta no parecen tener más respuesta que la frase de Calimero.

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lunes, 7 de enero de 2013

“Nos lo quitan todo”. ¡Esto es una estafa!

Nos lo quitan todo”. Por Francisco Rubiales

The Wall Street Journal advierte que “España ha empeñado en silencio el 90% del fondo de pensiones en comprar bonos”. El diario estadounidense señala en un artículo de su corresponsal David Roman que el gobierno de Rajoy ha estado usando dinero del Fondo de Reserva de la Seguridad Social para comprar sus bonos y deuda y apunta que, aunque este hecho ha pasado desapercibido, ya se ha gastado el 90% de las reservas, lo que provoca dudas sobre la viabilidad de las pensiones y aumenta la posibilidad de que España pida el rescate este año.

La utilización por parte del gobierno de la hucha más rica del país, que debería ser intocable porque es producto de los ahorros de millones de españoles, depositados para garantizar el cobro de sus pensiones, es la prueba más palpable y evidente de que los gobernantes españoles carecen de ética y decencia y de que se comportan como malignos depredadores sin control.

La manipulación y empleo arriesgado del fondo de reserva que garantizaba las pensiones es sólo una canallada mas de las muchas que realizan los políticos españoles, que previamente han endeudado el país hasta comprometer la prosperidad de varias generaciones, han despilfarrado hasta la locura, han creado un Estado monstruoso, plagado de políticos enchufados y de inútiles parásitos agarrados como lapas a la teta del Estado y han preferido esquilmar a los ciudadanos con impuestos y tasas insoportables, las mas altas proporcionalmente, de Europa, antes que reformar y adelgazar el Estado o suprimir los costosos e hirientes privilegios de la clase política. El hecho visible de que ni siquiera hayan cerrado una televisión pública cuando la población está siendo esquilmada por la voracidad recaudatoria de los políticos demuestra el alma negra de la clase dirigente de España y la triste cobardía de un pueblo que parece dispuesto a suportarlo todo, incluso su suprema degradación, sin rebelarse.

Nos lo quitan todo. Son insaciables y carecen de mesura. La avaricia les ha llevado a provocar la crisis; el despilfarro ha arruinado el país; la corrupción nos arrebata la decencia. Apenas nos quedan en pie valores y principios a los que agarrarnos ¿De donde ha salido esta jauría de canallas? Nos han quitado la democracia, la esperanza, el futuro y hasta meten sus manos en el dinero sagrado de nuestros mayores. No sabemos si son ineptos o malvados... o las dos cosas a la vez. Lo único que tenemos claro es que ¡¡¡malditos sean los malos líderes que nos están conduciendo hasta el matadero!!!

El balance de los últimos gobiernos de España es estremecedor y digno de que los ciudadanos protesten hasta expulsar del poder a esa clase política que ha conducido al país hacia el precipicio, despojándolo de casi todos sus recursos, valores y fortalezas. La España que comienza renqueante el año 2013 es un país arruinado, que sigue manteniendo a cientos de miles de políticos colocados en el Estado, mas que Francia, Alemania e Inglaterra juntos, lo que constituye un intolerable abuso de poder. . También es un país que, de la mano de sus dirigentes, ha logrado destacar en todo lo que es malvado e indecente: desempleo masivo, avance de la pobreza, migración desesperada en busca de trabajo, desahucios, prostitución, trata de blancas, blanqueo de dinero, tráfico y consumo de drogas, refugio de dinero opaco, degradación política, destrucción de la democracia, desprestigio de los políticos, inflación de coches oficiales, baja calidad de la enseñanza, fracaso escolar, corrupción institucional, población encarcelada y un larguísimo y tenebroso cúmulo de aberraciones y fracasos que han convertido el país en el apestado de Europa.

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jueves, 27 de diciembre de 2012

Verdi-Va Pensiero (Nabucco).

“La música es el corazón de la vida. Por ella habla el amor; sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso”.
Franz Liszt

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Cuando llega el momento de divorciarse

El divorcio parece necesario en algunas parejas, una vez se conocen la seriedad de las causas que las hacen entrar en crisis frecuentemente. Sin embargo estas situaciones que para otra persona desde fuera representarían, sin dudarlo, razones suficientes para la ruptura, no se muestran tan evidentes para esas parejas en particular.

Los protagonistas continúan adelante a través de los años, contra todos los pronósticos negativos y contra toda aparente sensatez. Al parecer, solamente ellos comprenden razones por los cuales no quieren divorciarse.

Pueden aducir razones de de tipo religioso con argumentos como:“si nos casamos para siempre, tenemos que seguir adelante”. Otros colocan a los hijos como motivo principal para continuar en una pareja disfuncional, sin reparar que ese compromiso no garantiza un clima afectivo, de respeto y cuidado para ser modelo a imitar por parte de sus hijos. También están los que no quieren perder un lugar social estable, que cambiaría radicalmente con un divorcio. Por otra parte, están los que le cuesta admitir un fracaso ante los ojos de los otros.

Además tenemos los que minimizan y evitan reconocer el deterioro del vínculo. Se conforman y tratan de adaptarse con el menor costo emocional posible. Algunos prefieren mantenerse en la pareja porque tienen miedo a la soledad. En otras ocasiones los motivos son por no haber logrado una independencia económica que le permita emanciparse de la pareja.

El tema de la autonomía no se refiere, en exclusiva a lo económico, hay otra autonomía más importante, que es la referida al dominio personal. Lo contrario a la autonomía es la dependencia, y concretamente la dependencia emocional. Las personas que padecen una dependencia de este tipo pueden llegar a tolerar eventos graves, como el maltrato emocional, la infidelidad y otros que podría alejar a cualquier pareja y llevarla a la ruptura.

Sea cual fuere la razón que lleva a resistirse ante el divorcio, hay que comprender que esta actitud puede revertirse positivamente si la pareja emplea su energía, no solo para adaptarse, sino para intentar cambiar los factores que hacen ardua la coexistencia.

En caso contrario, ambos son participes de una infelicidad que los marcará a lo largo del tiempo en que se mantengan juntos, y que posiblemente se extienda a quienes los rodean cercanamente.

Probablemente pocas personas decidan comentarle a una pareja, que lo mejor es que se divorcien, porque aunque se tenga la mejor de las intenciones, esa intervención es inútil.

Las personas no se separan porque otros le digan que eso es lo mejor sino porque no se aguantan mutuamente y ya no ven caminos de salida.

El paso final sucede cuando ambos entran en la trampa de la ambigüedad, que simboliza estar sin estar, como fantasmas de lo que una vez fueron. Si quedan detenidos allí, es momento de tomar decisiones y encontrar la energía para divorciarse.

El divorcio tenemos que entenderlo como algo humano, un cambio más en nuestra vida para conseguir sufrir menos. Si cambiamos la mirada, todo será más sencillo. Muchas películas nos han presentado como final feliz la boda de los protagonistas pero estaría bien que nos enseñarán que el final feliz también llega con el divorcio.”

Matilde del Pino Burgos (psicóloga, Máster Internacional en Psicología Clínica y de la Salud, y Experto Internacional en Psicología Forense).