'Soy

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Había una vez un circo

“Había una vez un circo”

Muy diferente al que quiso transmitirnos ese entrañable personaje que hace pocos días nos dejaba. Como el de Miliki, el circo de ahora también tiene ‘payasos’, solo que estos no hacen reír, ni serán recordados con cariño en treinta años. Al menos eso espero. 

Tampoco las 'aventuras' se parecen en nada a las de la época, ni la lona, ni la arena. Ahora las aventuras se desarrollan en otros lares, en la política. 

Una de esas andanzas la protagonizaban estos días 'los viajes del alcalde'. Este episodio ha quedado lejos de provocar inocentes carcajadas, aunque no por los viajes en sí. Sobre ellos no cabría reproche alguno. Tampoco sobre el mismo regidor, un indiscutible ejemplo de honestidad, independientemente de sus desaciertos en cuestiones políticas.

Con la tardanza en explicar lo que a todas luces era explicable el alcalde de Málaga ha permitido que continuara el espectáculo, lo que ha provocado alguna que otra (esta vez sí) 'carcajada' después de escuchar al PSOE pedir justificaciones de todos los viajes y solicitar que se devuelva el coste de los mismos. Es una propuesta sana, salvo por el detalle de que el PSOE no es capaz de trasladarla a todas las instituciones.

De hecho, esta carcajada parece que retumba si partimos de que el PSOE aún no ha movido un ápice para que se devuelvan los más de 85 millones de euros defraudados en los ERE, según ha cuantificado la propia Junta de Andalucía. La función continúa en el Parlamento andaluz con una comisión de investigación que señala al chófer, a Guerrero y al que pasaba por allí para evitar culpar a quien debe. Un dictamen que hace sentir 'asqueada' a IU, según defiende. Claro que el 'asco' con pan da menos asco. Lo cierto es que continúan tragando con lo que cada día se conoce de los ERE de sus socios, haciendo que lo que antes era innegociable pase a ser digerible.

La Junta de Andalucía tampoco se queda fuera del ‘espectáculo’ con el oscuro asunto de las fundaciones, un tema del que, mucho me temo, sólo asoma la cima. Uno de los aspectos más preocupantes es la millonada en subvenciones que se conceden en nombre de entidades cuyas funciones no acaban de quedar claras. Recordemos el caso de los quince millones que la Junta de Andalucía concedió a una fundación extinta para la construcción en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) de Málaga de un centro dedicado a algo tan ambiguo como la ‘innovación’. Estas obras nunca culminaron y lo que ahora queda es el esqueleto de un edificio que la misma empresa constructora defiende que continuará cuando la Junta de Andalucía le pague. Si la Junta de Andalucía ya concedió y presupuestó la subvención pero la empresa no ha cobrado, ¿dónde está el dinero?

Por aberrante que parezca, este no es el único caso de subvenciones a la administración paralela. Esta semana conocíamos que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha tumbado una subvención de dieciséis millones de euros a otra fundación extinta. Esta vez se trata de la Faffe (Fundación Andaluza Fondo, Formación y Empleo, una empresa pública más vinculada al PSOE que a la Junta) cuyas funciones asumió el Servicio Andaluz de Empleo (SAE). En este caso, se ha paralizado la subvención, pero en otros tantos el dinero se ha perdido por el camino. Me pregunto, e imagino que no seré el primero, si alguien ha pensado en devolver estas desorbitadas cantidades de dinero público.

A este respecto, si se conceden estas subvenciones entiendo que es porque hay dinero para hacerlo. Sin embargo, chirría, cuanto menos, que sí haya liquidez para subvencionar entidades de la administración paralela y no para el mantenimiento y el fomento del empleo. De hecho, a pesar de los reiterados recortes en materias básicas como la sanidad, la educación y la dependencia, la Junta de Andalucía sí ha contemplado en los presupuestos para 2013 una partida de 86,5 millones al mantenimiento de las fundaciones, una cantidad que sólo ha reducido un 5% respecto del año anterior.

Pero tampoco las 'aventuras' del Gobierno con la Ley de Tasas nos arrancan las mismas sonrisas que nos arrancaba Miliki. El PP está privando del derecho al acceso a la justicia a los más desfavorecidos, obligándoles a pagar por un servicio que, no nos olvidemos, el ciudadano ya mantiene con sus impuestos. En definitiva, con esta nueva normativa se está vulnerando el derecho a la tutela judicial efectiva. El Gobierno acaba de implantar una justicia para ricos, otra para pobres y otra para los partidos políticos.

Así es. Se las han arreglado para dejar exentas de tasas las demandas contra actos de las juntas electorales. O dicho de otro modo, los partidos en sus campañas electorales no tendrán que abonar tasas por recurrir al juzgado contra decisiones que les afecten. De esta manera todo el dinero que reciben los partidos políticos de parte del Estado, que no es poco, se destinará a autobombo y propaganda. Y todo esto mientras los españoles pagan.

Miliki no se equivocó hace treinta años cuando cantaba: "El circo daba siempre su función…", ya que, lamentablemente, a este circo aún le queda bastante cuerda.

Joaquín Pérez. Presidente de CSI-F. Málaga

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