'Soy

sábado, 31 de julio de 2010

Lady – Easy Love

A ver si nos animamos todos.

En el paro, Andalucía imparable

Por Andalucía libre. Viernes, 30 Julio 2010

esquelaparo El paro aumentó en Andalucía en 23.200 personas en Andalucía durante el segundo trimestre de 2010. En el conjunto del país, el número de parados se incrementó en 32.800 personas en dicho segundo trimestre. Por lo tanto, del crecimiento del paro es responsable Andalucía en un 70 por ciento, lo que hace evidente cuál es el drama de la comunidad andaluza y su repercusiones sobre la economía y el empleo a nivel nacional.  Hemos superado los 1.100.000 parados y nos acercamos mucho a 28 por ciento de tasa de paro, algo realmente insoportable. Estos son los resultados de la EPA que puede comprobar aquí.

El paro andaluz de este segundo trimestre supone un aumento del 2,14 por ciento en relación con el trimestre anterior, con lo que el número total de desempleados se situó en 1.104.100 parados y la tasa de paro se situó en el 27,78 por ciento, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al segundo trimestre hechos hoy públicos por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Según el resumen de Europa Press, en los últimos doce meses, el desempleo aumentó en 105.300 personas, lo que supone un incremento del 10,55 por ciento, mientras que el número de ocupados descendió en 61.200 personas, lo que supone un descenso porcentual del 2,09 por ciento en relación con el mismo trimestre del año anterior.

De abril a junio la cifra de ocupados en Andalucía descendió en 21.000 personas en relación con el trimestre anterior, lo que supone un descenso del 0,73 por ciento, de forma que la cifra total de ocupados alcanza las 2.870.100 personas.

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viernes, 30 de julio de 2010

Antonio Orozco - Déjame

Menos España es menos libertad, también en los toros

CATALU~2

Menos España es menos libertad, también en los toros

Editorial de Libertad Digital, 29-VII-2010

Con 68 votos a favor, 55 en contra, 9 abstenciones y tres ausencias, el Parlamento catalán ha prohibido finalmente la celebración, a partir de 2012, de las corridas de toros en dicha comunidad autónoma. Aunque con esta prohibición se ponga fin a siglos de historia en una región que en otros tiempos fue cuna y referencia mundial de la fiesta de los toros, no estamos únicamente ante una agresión a la cultura catalana, tal y como han denunciado, entre otros, no pocos artistas e intelectuales catalanes. A lo que hemos asistido, sobre todo, es a una agresión contra la libertad individual de los ciudadanos y a un atentado contra la diversidad y pluralidad de Cataluña, donde, como en el resto de España, hay gente a la que les desagrada y gente a la que les gusta la fiesta de los toros.

Aunque este atentado a la libertad individual de los catalanes haya utilizado de excusa la causa de la defensa de los animales, lo cierto es que su objetivo no es otro que erradicar de la realidad catalana todo aquello que la una y la asemeje al resto de España.

Al margen del disparate que supone considerar al animal como si de un ser humano se tratara, si de verdad esta legislación prohibicionista estuviera motivada por los maltratos a los animales, también habría sido menester erradicar de Cataluña la práctica de la caza y la pesca deportiva, los célebres correbous, o la fabricación y el consumo de foie, por poner sólo unos ejemplos. Y es que la defensa de los animales tiene tan poco que ver con esta prohibición como lo tuvo que ver con la desaparición del Toro de Osborne de las carreteras de Cataluña. Es tan solo una excusa como lo ha sido la seguridad en el tráfico para justificar la reciente pretensión de algunos nacionalistas de multar a los taxistas que lucieron en sus vehículos banderas españolas tras la victoria de la selección de fútbol en el Mundial.

De lo que se trata a la hora de prohibir este espectáculo, al que el toro de lidia debe su supervivencia como especie, es de defender el delirante y agresivo "hecho diferencial" nacionalista que convierte en disidentes o en anómalos a todos los que no comparten ese homogéneo molde identitario. Y frente a esa pulsión identitaria poco importa sacrificar la libertad individual o el empobrecimiento económico y cultural de los catalanes.

Al margen de que ninguna iniciativa ciudadana ni ningún programa de partido debería tener legitimidad para pretender cercenar libertades individuales, esta ley prohibicionista no sólo supone una falta de respeto a la minoría, sino que ha sido votada, además, por los diputados de CiU y del PSOE que lo hacían, no en defensa de un programa y en representación de los ciudadanos, sino con libertad de voto, en función de su "conciencia" y "sensibilidad". Una libertad de conciencia y de sensibilidad que, por cierto, no se ha concedido recientemente con respecto a la ley del aborto, cuando lo que estaba en juego era la protección de la vida de los seres humanos en el seno materno.

Lo cierto es que debería haber sido la conciencia y la sensibilidad de cada ciudadano, y no unos pocos diputados que actúan según sus propios intereses, las que deberían respaldar o rechazar el espectáculo de los toros.

Aun así, a nadie debería sorprenderle esta deriva liberticida que algunos ya denunciaron estérilmente hace décadas cuando se comenzó a prohibir en Cataluña la enseñanza en castellano, lengua propia de más de la mitad de los catalanes. Y es que la tarea de erradicar de Cataluña todo lo que la asemeja con el resto de España está abocada indefectiblemente a cercenar no pocas de sus libertades.

jueves, 29 de julio de 2010

Whitney Houston - Why does it hurt so bad

¿Por qué duele tanto?

Yo soy catalán

P1060002 YO SOY CATALÁN
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

A menudo los de la guasa me preguntan, para probarme, qué vamos a hacer cuando nos quiten los toros, y yo contesto:
.- Pues bajaremos a las catacumbas a verlos

Pues esa hora ya ha llegado para los catalanes.

Soy catalán porque soy español, como soy vasco o madrileño y andaluz. Catalán porque siento a mi tierra que es España y en ella vivo y sufro y me apasiono y me enamoro o muero. Es mi tierra, es mi pueblo.

Soy catalán porque me educaron para vivir en la convivencia y el respeto al diferente, al que hablaba de otra manera, al que pensaba distinto a mí.

Soy catalán porque me bebí el Estatuto de Cataluña de la Transición, y el andaluz, y el gallego y el vasco.

Soy catalán porque en lo que pude con mi voto ayudé a conformar la España de libertades que nos dimos.

Soy catalán porque por mi sangre corre la de Don Quijote, la de Mario Cabré, Bernadó o Marín…
Pero no soy como vosotros catalanes amargados de España, hombres de pensamiento único, fariseos animalistas, seductores de la falsedad. Buitres del ostracismo. Agnósticos separatistas.

Habéis elegido libremente y habéis ganado vuestra elección, que es la de no dejar elegir a otros, solo porque hubo políticos con miedo. Inconsecuentes mamamelones de lo público, gastadores de nuestros impuestos. Definitivamente no soy como vosotros que obligareis a los distintos a exiliarse. ¿Así es como queréis vuestro futuro país? ¿Vacío de estorbos?

Pero mentís, mentís y bien que lo sabéis pues lo único que habéis hecho es aprovecharos de la carroña. Sí, aprovecharos de que la fiesta ya estaba muerta en Cataluña. Balañá, Manolo Martín, Matilla, todos taurinos, se encargaron de matarla. El toro dejó de ser negocio en Cataluña y por consiguiente solo habéis carroñeado sus tripas porque os puedo asegurar que si el animal hubiera estado vivo “en jamás de los jamases” hubierais podido con él. Porque un toro levantado solo puede pararse con un capote, un toro bravo, solo puede medirse con las varas, y si fuerais toreros, media Cataluña lo es, con la muleta hubierais vencido su ímpetu y finalmente os hubierais arrojado al triunfo. José Tomás lo demostró mientras pudo. Pero no, vuestra bajeza política se ha aprovechado de la debilidad de un gobierno zombi y de una España desnaturalizada.

Si sentís esto como un hecho diferencial de lo español, ¿por qué no dejáis de jugar en las ligas futbolísticas españolas? Porque os interesa, porque hay negocio. No olvidéis que en realidad no sois más que un condado del Reino de Aragón. Y aún así me siento catalán, y español.

No creo en la clase política que nos gobierna, es falsa, como el toreo moderno, perfilero y despegado, incapaz de cruzarse con el toro de la muerte para conseguir orejas de tómbola… y sin embargo acudiré a las urnas con mi voto roto para que cuente pero no reparta a estos caducos partidos mentirosos en los que se asienta la democracia española.

Sabed que en el fondo de todo esto lo que subyace es el fracaso mismo de las autonomías, tan jóvenes y tan caducas. Hicimos un estado autonómico para conformar una España que no compitiera por rencillas, y creamos un estado diferencial que asfixia a la economía de los españoles. Creamos un monstruo de 17 cabezas que finalmente nos está engullendo.

Soy catalán y español y amo al toro bravo al que defiendo desde una postura crítica contra el que lo usa inmisericordemente. No amo esta fiesta por su tradición y por su historia y por toda la parafernalia que la literatura le ofrece. Amo esta fiesta por convencimiento, porque es la misma filosofía de la muerte, porque es ejemplo de valores antes difíciles de alcanzar y ahora extinguidos. La amistad, el valor, el orgullo, la gallardía, la pasión, el poder, la verdad, la ética, el amor… la paciencia, el triunfo, la gloria, la muerte.

Soy catalán como vosotros y español como todos, y no voy a permitir que me humilléis, los distintos, los diferentes, los que no me queréis. Y sabed una cosa, lucharé por lo que creo… y al final no vais a poder nada más que quitarme la vida… ¿por ser diferente a vosotros?