«Como no se paren las obras en la esquina del Puerto se habrá consumado el mayor atropello a Málaga desde que se construyó La Malagueta. Además, si no se paralizan esos trabajos vamos a tener un hotel Algarrobico», así de contundente se expresa Ignacio López Bru, presidente de Aesdima, la Asociación para el avance de Málaga que fundara Enrique Van Dulken, y que se ha unido a la denuncia presentada por varias personas ante la Fiscalía, al entender que puede haber posibles delitos en la construcción del plan especial del puerto.
La denuncia se refiere al hecho de que se haya subido de 40 centímetros a un metro sobre rasante del paseo de la Farola, contraviniendo así lo estipulado por el plan especial del puerto, y que, además, ese cambio haya sido autorizado provisionalmente en la comisión de urbanismo del Ayuntamiento después de haberse realizado las obras.
La versión oficial dice que se trataba de corregir unos errores de cálculo de los planes aprobados inicialmente. Esos errores incluyen el eliminar un vial de servicios que había por detrás de los locales y unir estos directamente con la Farola.
Aesdima se une así a la denuncia de la Fiscalía, firmada por diversos profesores de universidad, arquitectos y empresarios, y a las críticas de Izquierda Unida y del PSOE. Pedro Moreno Brenes, portavoz de IU en el Consistorio, estuvo de acuerdo en que toda la parte de la obra que no esté conforme al planeamiento inicial de 2004 debería paralizarse, aunque esté aprobada de manera provisional.
A Izquierda Unida le parece muy grave que se elimine el vial de detrás de los locales previsto para la recogida de basura y para la carga y descarga: «Esas molestias ahora se trasladarán a los vecinos para beneficiar a un privado».
López Bru fue más contundente: «El Ayuntamiento debería haber paralizado y, no lo hace, lo permite y lo va a legalizar a posteriori, es un incumplimiento de sus competencias claro ante la ciudadanía, que ve cómo se favorecen los intereses privados por encima de los públicos».
Sobre lo que se proyecta en la esquina del puerto, el presidente de Aesdima dijo estar atónito: «No sabemos exactamente qué van a hacer, sólo vemos que siguen levantando y, en principio, no debería hacerlo por encima de la cota».
Exigen que paren las obras
«Todo lo que se ha hecho en el puerto ha sido un forcejeo de la autoridad portuaria y los promotores del centro comercial con la sociedad civil de la ciudad, que ve cómo un suelo público emblemático se hipoteca para generaciones futuras. Hasta ahora, el Ayuntamiento había tenido sensibilidad con la sociedad civil, pero en el último cambio de los planes no ha ejercido sus funciones de vigilancia y disciplina urbanística. Nosotros exigimos que se paralicen las obras de inmediato», dijo el presidente de Aesdima.
En una rueda de prensa el pasado jueves, Carlos Hernández Pezzi, número dos del grupo municipal socialista en el Consistorio, dijo que ni el Ayuntamiento ni la Autoridad Portuaria podían erigirse ellos solos como intérpretes de la legalidad urbanística, de ahí que soliciten a la comisión provincial de ordenación del territorio que se manifiesten sobre los cambios de factos sobre un plan que no se han aprobado en el papel.
Si el verano pasado la posibilidad de que hubiera un supermercado en la esquina del puerto se convirtió en el asunto municipal estival, este año tiene pinta de que pasará lo mismo con el futuro de ese enclave y los cambios realizados antes de aprobarse en el muelle del paseo de la Farola.
Mientras, en el Muelle del Paseo de los Curas, los dos edificios acristalados nuevos del Palmeral de las Sorpresas siguen sin uso, después de que el nuevo parque lleve más de tres meses inaugurado. Los edificios ocupan parte del sitio donde se alzaba el antiguo silo, demolido también con controversia ciudadana.
Berta González de Vega en El Mundo
Foto: El Mundo
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